No a los autoritarios | Reflexiones arriba de la micro

Es difícil que un político, sea del lado que sea, critique abiertamente una dictadura que comparta su domicilio político. Es comprensible, ya sea por órdenes de partido, cálculos políticos o en una de esas por convicción, que un rostro de primera o segunda línea no se atreva a decir algo que, sacados los colores y banderas que uno ha elegido, resulta de perogrullo: Que los Derechos Humanos deben respetarse siempre.